22 de septiembre del 2.022

Un hábito es una acción que repetimos frecuentemente, convirtiéndola en parte de nuestra rutina. Nos acostumbramos tanto a esa acción, que la necesitamos diariamente para sentirnos cómodos y SEGUROS.

ESTOS HÁBITOS pueden repercutir de forma DIRECTA EN NUESTROS HIJOS, ya que les enseñamos, en gran parte a través de nuestros actos. Es por ello, que debemos tener especial cuidado en llevar a cabo delante de nuestros hijos, aquellos hábitos que los adultos realizamos casi de forma innata y que son perjudiciales para ellos.

Veamos cuáles pueden ser esos “Malos hábitos de los padres que perjudican a los hijos”

  1. MIRAR EL MÓVIL MIENTRAS QUE HABLAMOS CON ELLOS.

Estos hábitos de dependencia tecnológica, son un espejo para los niños y nos hacen perder autoridad en el momento de exigirles un cambio de uso del móvil, recordemos que somos ejemplo y que nuestras palabras deben ser consecuentes con nuestros actos.

  • HABLAR DE LOS NIÑOS COMO SINO ESTUVIERAN PRESENTES

Si hay una queja o un reclamo hacia ellos, es mejor incluirles en la conversación o hablar entre adultos cuando ellos no estén presentes. esto nos ayudará a buscar mejores soluciones, ya que, de lo contrario, lo que lograremos será avergonzar al niño o empeorar la situación

  • NO CUMPLIRLES UNA PROMESA

Si le dices algo al niño respecto a que harás o le darás, pero finalmente no lo cumples, le estas enviando el mensaje de que no es lo suficientemente importante y tampoco es tu prioridad. Dañará su autoestima y tu credibilidad.

  • NO TENER UNA ALIMENTACIÓN SANA.

Si nosotros somos ejemplo de comer a destiempo, o tener una dieta poco saludable, crearemos niños con muy malos hábitos que repercutirán en su salud, en su desarrollo físico, neurológico y de aprendizaje.

  • NO COMUNICARNOS CON ELLOS.

El no dedicar tiempo a escuchar su día a día, no preguntarles que han hecho, o el no hacerles partícipes de lo que hicimos nosotros, limita la comunicación. Los niños se acostumbran a ser reservados con sus cosas y a medida que crecen es más complicado cambiar esto.

  • COMER VIENDO LA TELEVISION

Es un estímulo de despiste al que recurrimos habitualmente, que hace que el cerebro del niño se evada hasta tal punto de no saber si ya ha comido suficiente. pero… ¿Qué ocurre cuando no hay una televisión cerca? En la mayoría de los casos, tenemos que recurrir a dispositivos móviles para conseguir que el niño coma.