13 de septiembre del 2.022

Hace unos días, comenzaba el curso escolar 2022- 23 y, para algunos, es “su primera vez”… un acontecimiento que muchos padres primerizos viven con cierta aprensión.
El principal miedo surge por el desconocimiento de los progenitores sobre cómo se trabaja realmente en las aulas. Estas son algunas recomendaciones que sugerimos para hacer más llevaderos estos primeros días de clase.
Estar convencidos de la elección sobre el centro educativo al que asistirá el menor
Aconsejamos la elección de centros educativos abiertos al descubrimiento y aprendizaje de los más pequeños, que cuente con profesionales bien cualificados para atender todas las necesidades de los pequeños, tanto afectivas, biológicas como cognitivas y que involucren en todo momento a las familias en el proceso educativo, ya que esto afianzará un fuerte lazo de confianza.
Es importante que no vean como rivales del cariño y afecto a los profesionales que van a estar con su hijo, sino como referentes de ayuda en su proceso de crianza, donde ellos son los protagonistas.
Preparar al niño con antelación
Unos días antes de llevar al niño al centro educativo, es importante hablarles de manera positiva sobre el lugar y sus profesionales. Si es posible que el menor visite y conozca el centro antes de empezar, será un “Un paso de gigante” en el proceso de adaptación. También recomendamos empezar unos días antes a establecer ya una rutina de horarios de comidas y sueños que vayan acordes con lo que va a ser su rutina.
Realizar la adaptación.
Los centros educativos establecen durante las primeras semanas un periodo de adaptación para que el niño se acostumbre poco a poco a los compañeros, las maestras y el entorno, que consiste en ir aumentando el tiempo de estancia paulatinamente.
Otra fórmula es la de permitir a los padres (si pueden hacerlo) estar los primeros días con los niños de forma parcial, bien en una parte de la escuela para que los niños puedan descubrir el nuevo entorno sabiendo que su familia está cerca, o bien acudiendo con ellos a clase por un tiempo limitado.
Llevar un objeto querido.
En niños tan pequeños, es bueno que lleven a la escuela algún objeto al que le tengan especial apego para que se tranquilicen. Puede ser su muñeco favorito, un peluche, mantita o almohada. Cualquier cosa para sentirse seguros.
Despedidas cortas en la puerta.
Evitar alargar las despedidas y dar opción a que el niño se vuelva y pueda echarse a llorar. Los padres no deben transmitir miedo o inseguridad a los niños, deben verlo como algo normal y bonito.
Paciencia y mucha comunicación.
Los llantos, lo más temido por los padres, son cosa de unos pocos días. Para que los niños creen vínculos afectivos con sus ‘profes’ ayuda mucho que sientan la tranquilidad de sus padres.
En este punto, la comunicación de la familia con la escuela puede ser de gran ayuda, tanto directa como a través de las nuevas tecnologías. Hoy en día, existen aplicaciones móviles que sustituyen a las antiguas agendas, que facilitan un contacto continuo sobre aspectos básicas como alimentación, sueño… así como la posibilidad de recibir fotos o vídeos de lo que hacen en clase. Además, el contacto diario en la puerta con los profesionales y la posibilidad de concertar tutorías con los profesores también pueden ser útiles para resolver las dudas que surjan.
¡BUEN COMIENZO DE CURSO!